La catedral impresiona por su silueta maciza y esbelta, con bóvedas que alcanzan casi 44 metros de altura. Uno de sus elementos más famosos es su rosetón central, apodado el «Ojo del Gótico», que es uno de los más grandes del mundo, con un diámetro de casi 12 metros. Cuando el sol atraviesa estas vidrieras, inunda el interior de la catedral con magníficos juegos de luces de colores, creando una atmósfera mística.
La Catedral de Palma es una visita obligada para cualquier visitante de la isla. Situado cerca del Palacio Real de la Almudaina y del antiguo barrio judío, encaja perfectamente en un descubrimiento histórico de Palma. Los visitantes pueden explorar el interior, subir a sus terrazas para disfrutar de impresionantes vistas del mar y la ciudad, o simplemente maravillarse con su majestuosa fachada, especialmente al atardecer.